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¿Qué es la Ley de la Industria Eléctrica en México?

La Ley de la Industria Eléctrica en México es una legislación impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador con el objetivo de establecer un orden específico en el abastecimiento del sistema eléctrico del país. Según esta ley, se prioriza la energía producida por hidroeléctricas, seguida de la generada por otras plantas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), como la nuclear, geotérmicas, de ciclos combinados y termoeléctricas. En tercer lugar se encuentra la energía eólica o solar de particulares, y finalmente, los ciclos combinados y otras tecnologías de empresas privadas.

El principal objetivo de esta ley es darle más importancia a la CFE en el despacho de energía y revertir los privilegios otorgados a las empresas privadas por las reformas energéticas del expresidente Enrique Peña Nieto. Sin embargo, el sector privado presentó amparos contra la ley argumentando que esta no respetaba los contratos firmados en el sexenio anterior.

A pesar de los amparos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación dejó vigente la Ley de la Industria Eléctrica, aunque los juicios de amparo contra la ley aún pueden continuar. Esto ha generado diversas opiniones divididas en la sociedad mexicana, especialmente en el sector empresarial y energético, ya que algunos consideran que la ley afectará la inversión extranjera y la competencia en el mercado energético, mientras que otros apoyan la decisión del gobierno de dar prioridad a la producción nacional y a la CFE.

Objetivos de la Ley de la Industria Eléctrica en México

La Ley de la Industria Eléctrica en México busca principalmente eliminar el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y beneficiar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en detrimento de los productores privados. Esta decisión implicaría cambios regulatorios que afectarían de manera importante a las centrales de energías renovables y limpias, ya que se daría prioridad en el despacho de energía a las centrales generadoras de la CFE, incluyendo las plantas más contaminantes que utilizan combustóleo y carbón. Es decir, se daría un paso hacia atrás en la generación de energía eléctrica más limpia y se favorecería a la CFE en detrimento de los inversionistas privados.

Uno de los objetivos secundarios de esta iniciativa es modificar la entrega de Certificados de Energías Limpias (CEL), asignándolos a la energía producida en centrales existentes antes de agosto de 2014, lo cual va en contra del objetivo de incentivar la generación de energía eléctrica limpia. Los CEL son una herramienta que el Gobierno de México utiliza para impulsar la producción de energías renovables y reducir la emisión de gases contaminantes. Sin embargo, cambiar los criterios de asignación de los CEL puede desincentivar a los productores privados a invertir en energías limpias y provocar una mayor emisión de gases contaminantes.

Otro de los puntos relevantes en la Ley de la Industria Eléctrica en México es la eliminación de la obligación de la subsidiaria de suministro básico de la CFE de comprar energía por medio de subastas, lo cual podría afectar los precios de la energía eléctrica y generar compromisos de gasto insostenibles para la Federación. A través de las subastas, se garantiza que la energía eléctrica se adquiere al menor costo posible, lo que beneficia tanto al consumidor final como a los inversionistas. Con la eliminación de esta obligación, se corre el riesgo de que la CFE adquiera la energía eléctrica a un mayor costo, lo que impactaría directamente en los precios de la electricidad para los consumidores finales.

Finalmente, la iniciativa propone revocar los permisos de autoabasto, lo cual afectaría la certidumbre jurídica de los inversionistas y alteraría retroactivamente las condiciones bajo las cuales realizaron sus inversiones. El autoabasto es la autorización que se otorga a empresas para generar su propia energía eléctrica y consumirla, por lo que resulta una buena opción para empresas que consumen una gran cantidad de energía. La revocación de estos permisos implicaría que estas empresas tendrían que adquirir la electricidad directamente de la CFE, incluso si esto resultara en un costo mayor para ellas.

Cambios importantes en la Ley de la Industria Eléctrica en México

La reciente reforma a la Ley de la Industria Eléctrica en México ha introducido tres cambios importantes en el mercado de la energía eléctrica del país. Estos cambios han generado controversia debido a su impacto en la competencia y la transición hacia un sector eléctrico sustentable.

  • Prioridad para plantas de la CFE: El primer cambio crucial es la prioridad que se le concede a las plantas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para inyectar electricidad a la red, incluso si utilizan combustibles más caros y contaminantes. Esto limita la competencia y puede aumentar los precios de la energía eléctrica para los consumidores mexicanos.
  • Limitaciones a la asignación de Certificados de Energías Limpias: El segundo cambio se refiere a la asignación de Certificados de Energías Limpias (CEL). La reforma inhibe la transición hacia un sector eléctrico sustentable al limitar la asignación de CEL a las plantas de energía renovable y favorecer a las plantas de combustibles fósiles. Esto va en contra de los objetivos de la reforma energética de 2013 y de los compromisos internacionales de México en la lucha contra el cambio climático.
  • Limitaciones a la competencia: Por último, la reforma limita las condiciones de competencia en el sector eléctrico mexicano, generando incertidumbre jurídica para los inversionistas y transgrediendo la Constitución y los tratados internacionales. Se crean contratos de cobertura eléctrica con compromiso de entrega física, lo cual excluye a las plantas que utilizan energía eólica o solar debido a la variabilidad de su producción. Además, el acceso abierto y no discriminatorio se limita al añadir una disposición condicional y vaga: se hará cuando sea técnicamente factible.

Como se puede observar, la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica en México ha traído cambios significativos en el mercado de la energía eléctrica del país. Estos cambios no sólo limitan la competencia, sino que también van en contra de los objetivos de la reforma energética de 2013 y de los compromisos internacionales de México en la lucha contra el cambio climático.

Beneficios y riesgos de la Ley de la Industria Eléctrica en México

La aprobación de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica en México ha generado un intenso debate en el país. Por un lado, se mencionan los posibles beneficios de alcanzar la meta de inversión del 25% del PIB establecida por el gobierno y la iniciativa privada, con un 20% de inversión privada y un 5% de inversión pública. Sin embargo, aprobar la reforma en los términos del dictamen de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados podría implicar no lograr este objetivo, lo que haría inviable el plan de gobierno y la ejecución de proyectos de inversión y programas sociales prioritarios.

Por otro lado, se mencionan los riesgos asociados a la aprobación de la reforma. Se habla de un posible aumento en el precio de la energía eléctrica para hogares y empresas, ya que se desplazaría la generación privada, que es más barata y más limpia. Según la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la diferencia entre los costos promedio de generación por megawatt-hora con energías renovables y los de las centrales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) fue de 252% en 2020 y 295% en enero de 2021.

Además, se menciona el costo de indemnizaciones, ya que la iniciativa propone priorizar las centrales de la CFE sobre los privados y revisar los contratos de los Productores Independientes de Energía (PIE). Las empresas podrían exigir indemnizaciones por la inviabilidad de operar sus activos, lo que representaría un costo ajustado a la depreciación de los activos, que se estima en aproximadamente 359 mil millones de pesos.

Finalmente, hay expertos que señalan que México pagaría un costo reputacional al no respetar el Estado de derecho en su economía y sus compromisos ratificados en tratados comerciales internacionales. Esto afectaría la confianza de los mercados y la posibilidad de explotar los beneficios del T-MEC y atraer inversión extranjera. Es significativo analizar el costo de la iniciativa en términos de oportunidad antes de aprobarla, especialmente en un contexto de austeridad y finanzas públicas presionadas.

Impacto de la ley de la industria eléctrica en consumidores en México

La propuesta de la ley de la industria eléctrica en México tendrá serias consecuencias para los consumidores de electricidad en el país. Los cambios propuestos resultarán en un aumento en el costo de la energía eléctrica para los usuarios, lo que puede generar una carga financiera significativa para las familias y las empresas. Según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el costo promedio por megawatt-hora de las energías renovables en 2020 fue de $401 pesos, mientras que el costo promedio por megawatt-hora de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) fue de $1,413 pesos en el mismo año. Si los cambios propuestos en la ley son aprobados, los consumidores mexicanos podrían pagar aún más por la electricidad o requerir mayores subsidios del gobierno.

Además, la ley propuesta también favorece la generación de energía a partir de combustibles fósiles en lugar de fuentes renovables. Esto significa que las centrales de la CFE que operan con combustibles fósiles serían las beneficiadas en el nuevo orden de prelación, a pesar de ser más costosas y contaminantes que las centrales privadas de energía renovable. Este enfoque va en contra de los compromisos internacionales de México en la Ley de Transición Energética y en el Acuerdo de París, que establecen que para 2024 el 35% de la generación eléctrica deberá ser limpia. La dependencia de tecnologías obsoletas puede afectar la capacidad de México para atraer inversiones y generar empleos bien remunerados en el sector de energías renovables.

Otra preocupación es que la iniciativa propuesta podría violar los tratados comerciales internacionales. En particular, México podría enfrentar sanciones económicas y una pérdida de confianza de los mercados internacionales si viola los compromisos establecidos en los tratados comerciales, lo que podría tener un impacto negativo en la economía mexicana. Los tratados comerciales internacionales se basan en principios y compromisos que las partes deben respetar, y la aprobación de esta ley podría enviar una señal negativa de que el gobierno mexicano no honra sus compromisos y no valora la seguridad jurídica y los derechos de los inversionistas extranjeros.

Resumiendo, la ley de la industria eléctrica propuesta en México tendría un impacto significativo en los consumidores, aumentando el costo de la electricidad y favoreciendo la generación de energía a partir de combustibles fósiles en lugar de fuentes renovables. Además, la iniciativa podría violar los tratados comerciales internacionales, lo que podría resultar en sanciones económicas y una pérdida de confianza en los mercados internacionales. Es difícil prever cuál será el resultado final de esta iniciativa, pero es crucial que se analicen cuidadosamente los posibles impactos antes de que se tomen decisiones importantes que afecten a la economía y a la calidad de vida de los mexicanos.

Impacto de la Ley de la Industria Eléctrica en empresas en México

La recién aprobada Reforma a la Ley de la Industria Eléctrica en México tendrá un fuerte impacto en las empresas del sector eléctrico del país. En particular, la Reforma favorece el despacho de electricidad generada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la empresa estatal mexicana encargada de la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica en el territorio mexicano.

Antes de la Reforma, la Ley de la Industria Eléctrica establecía reglas claras sobre el acceso a la red eléctrica basadas en los costos de generación, dando prioridad a la electricidad generada a menor costo. Con la Reforma, se plantean nuevas reglas para el acceso de los generadores a la red, las cuales priorizan la energía generada por la CFE, sin importar su costo de producción. Se establece un orden de prioridad en el despacho de electricidad, donde la energía producida por las hidroeléctricas de la CFE tiene la mayor prioridad, seguida de la energía generada en otras plantas de la CFE como las nucleares, geotérmicas, ciclos combinados y termoeléctricas. En cambio, la energía eólica o solar de particulares tiene una prioridad menor, y los ciclos combinados de empresas privadas y otros generadores de diferentes tecnologías tienen la menor prioridad.

La Reforma también busca fortalecer las finanzas de la CFE al incrementar su participación en el mercado eléctrico. Además, propone cambios en los permisos otorgados bajo la Ley de la Industria Eléctrica, la eliminación de la obligación de comprar energía por subastas para el Suministrador de Servicios Básicos (subsidiaria de la CFE), la revocación de permisos de autoabastecimiento de particulares obtenidos bajo la fachada de sociedades de autogeneración, y una revisión de la legalidad y rentabilidad de los contratos de compromiso de capacidad de generación de energía eléctrica y compraventa de energía eléctrica suscritos con productores independientes de energía.

La Reforma ha generado críticas tanto a nivel nacional como internacional debido a las afectaciones que podría tener en el sector eléctrico y, en especial, en los proyectos de inversión privada en el sector. La nueva normativa podría disuadir a los inversionistas y frenar el desarrollo de proyectos de energías limpias y renovables en el país.

Sectores afectados por la ley de la industria eléctrica en México

La ley de la industria eléctrica en México afecta principalmente a las empresas privadas del sector. La reforma promovida por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene como objetivo fortalecer a la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) y reducir la dependencia del país de las empresas privadas. Actualmente, las compañías privadas de México, Estados Unidos, Canadá y Europa son las mayores proveedoras de electricidad que luego venden al gobierno en subastas, pero con la nueva reforma, la CFE tendrá prioridad en la generación y distribución de la energía eléctrica.

Las empresas de energía renovable serán uno de los sectores más afectados por la ley. La reforma impone un cambio en el modelo energético mexicano, que dejará de fomentar el uso de energías limpias. A partir de ahora, la CFE tendrá la obligación de comprar primero la energía producida por las plantas de generación de energía propiedad del Estado, que en su mayoría utilizan fuentes no renovables. Por otro lado, se limitará la conexión de nueva capacidad de energías limpias a la red eléctrica nacional, al reducirse la capacidad de transmisión y distribución de energía por parte de los particulares.

Las empresas de generación de energía tradicional también serán afectadas por la nueva ley. Aunque la reforma tiene como fin proteger a la CFE, esto no necesariamente implica que las empresas de generación convencional serán beneficiadas. Al igual que las empresas de energía renovable, estas compañías deberán competir en igualdad de condiciones con la CFE por los contratos de suministro eléctrico al gobierno. Además, el aumento en la capacidad de generación de la CFE podría generar una saturación en el mercado y disminuir la rentabilidad de las empresas privadas.

La ley también tendrá impacto en el sector de transmisión y distribución de energía. La CFE tendrá la responsabilidad de operar la red nacional de transmisión y distribución de energía eléctrica, lo que limitará la capacidad de los particulares para invertir en infraestructura eléctrica. Aunque la reforma permite a las empresas privadas conectarse a la red nacional, estas deberán hacerlo en condiciones menos favorables que las ofrecidas a la CFE, lo que podría generar una desventaja competitiva y desalentar la inversión en el sector.

Leyes similares a la Ley de la Industria Eléctrica en México en otros países

La Ley de la Industria Eléctrica en México ha sido un punto de referencia en la región en cuanto a la modernización y regulación del sector eléctrico. En otros países, existen leyes que buscan cumplir con objetivos similares, pero que presentan algunas diferencias.

Por ejemplo, países como España, Chile y Brasil han implementado leyes que fomentan la utilización de energías renovables. Estas leyes establecen objetivos claros de generación de energía limpia y subsidios para la inversión en tecnología renovable. En contraste, la Ley de la Industria Eléctrica en México no establece objetivos específicos de generación de energía renovable y la inversión en este tipo de tecnología no tiene un tratamiento especial.

En otros países, como Estados Unidos, las leyes que regulan el sector eléctrico suelen dar un mayor peso a la participación del sector privado. En México, la reforma eléctrica permitió la participación tanto de actores públicos como privados, pero aún hay ciertas restricciones para la inversión privada en el sector. Por ejemplo, la CFE tiene la facultad de otorgar permisos y concesiones de distribución y transmisión de energía eléctrica, lo que puede representar ciertos obstáculos para la inversión privada.

En resumen, las principales diferencias entre la Ley de la Industria Eléctrica en México y las leyes de otros países son:

  • La falta de objetivos específicos de generación de energía renovable en México.
  • La presencia de ciertas restricciones para la inversión privada en México.
  • El enfoque en la participación del sector privado en otros países como Estados Unidos.
  • El fomento de energías renovables en países como España, Chile y Brasil.

La implementación de leyes similares en otros países podría representar una oportunidad para México de adquirir tecnología y conocimientos para la generación de energías renovables. Asimismo, también podría representar una oportunidad para la inversión privada en el sector eléctrico, fomentando una mayor competitividad y una mayor oferta de productos y servicios.